
Hemingway creyó descubrir la elipsis cuando dijo aquello de que una novela es como un iceberg: solo muestra el diez por ciento de su masa, el resto permanece sumergido. El diccionario de la academia define a la elipsis en su segunda acepción como omisión o supresión de alguna parte (como determinados periodos temporales) dentro de un todo o un conjunto. La narración, cualquier narración, requiere de la elipsis. La narración se da en el tiempo pero no es el tiempo. Nosotros somos el tiempo. La narración lo mide y, lo que no es poco, lo hace inteligible y significativo; en cierta medida, lo domestica. Si las narraciones contaran todo, serían como la vida misma, no serían narraciones; ese espejo a lo largo del camino que se dice es la novela, y que tantas veces hemos oído, es una simpleza por más que se le atribuya a uno de los más grandes novelistas.
J.P.A.