La revista CulturaMas publicó el 16 de febrero de 2016 un listado con los que son –según ellos– los diez mejores inicios de cuentos.
En primera posición está “Queremos tanto a Glenda”, de Julio Cortázar, dedicado a la actriz Glenda Jackson, hoy miembro del Parlamento Británico. Os dejo el cuento completo y, a modo de introducción, un fragmento de un artículo de Javier Rodríguez Marcos, publicado en Babelia con el título «Un lector que discute».
En el otoño de 1980 Julio Cortázar escribió una carta imaginaria a Glenda Jackson. El escritor argentino acababa de publicar Queremos tanto a Glenda, que recoge un cuento del mismo título en el que un grupo de fans de la actriz británica se las ingenia para retocar sus películas con el fin de que sean intachables. Cuando ella, retirada hasta entonces, anuncia que vuelve a actuar, los fundamentalistas de su obra deciden matarla para, así, conservarla perfecta para siempre. En su carta-cuento -recogido dos años después en Deshoras, su último libro de relatos, con el título de ‘Botella al mar’-, el narrador señala una inquietante coincidencia. A las pocas semanas de la publicación de su libro y sin tiempo, por tanto, de que apenas alguien lo hubiera leído (y mucho menos una actriz que no sabía español), Ronald Neame, el director de La aventura del Poseidón, estrenó una película protagonizada por Walter Matthau y la propia Jackson. La película, bienintencionada pero menor -«desde ya puedo decir que despreciable», apunta Cortázar-, cuenta las peripecias de una mujer que ayuda a fingirse muerto a un ex espía al que, de una tacada, persiguen la CIA, el FBI y el KGB. Todo ello mientras el perseguido escribe un libro para denunciar a su antiguos patrones. El título en inglés de ese libro es Hopscotch. Y la traducción de hopscotch al español es, y de ahí la inquietud de Cortázar, rayuela. Un escritor muerto y una actriz muerta: ¿respuesta?, ¿venganza?, se pregunta él. Lo deja en simetría.
Javier Rodríguez Marcos, Babelia, 3/10/2007
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