¿Para qué sirve la lectura? Es una pregunta que muchos –lectores o no– se hacen con frecuencia. La respuesta no es sencilla en estos tiempos tan pragmáticos, subordinados al éxito social, la fama o el dinero.
Mientras escritores, lectores, profesores o la propia campaña de Fomento a la Lectura tratan de aclarar el tema, hemos conocido la noticia de que una niña de cuatro años, Daliyah Marie Arana, ha leído más de mil libros. La pequeña es un portento, dicen, hasta el punto de que la líder de la Biblioteca de la Nación en Estados Unidos, Carla Hayden, la ha recibido con todos los honores en la Biblioteca del Congreso, la más grande del mundo, para que la pequeña pudiera ser bibliotecaria por un día e incluso asistir a una reunión ejecutiva.