
El Diario Down: Pensamientos enrevesados
Hoy, en la sala de espera de la consulta de cardiología del hospital, mientras espero escuchar por el altavoz el nombre y apellidos de mi hijo. Sé que voy a pasar toda la mañana entre médicos, un día más. Una forma como otra cualquiera de terminar la semana, una forma como otra cualquiera de comenzar el mes de agosto.
Estoy leyendo la novela de un escritor español consagrado. Una novela notable y premiada (creo que con motivos) en la que el personaje-narrador, al parecer trasunto del propio autor, escribe al hilo de sus pensamientos. Unos pensamientos enrevesados que suponen –o al menos lo intentan– un acto de exorcismo personal, una suerte de autoanálisis casero que echa mano de la escritura para ahorrarse las facturas del psiquiatra. Son pensamientos similares, con todos los matices que podamos encontrar, a los que me asaltan desde que tengo uso de razón. En definitiva, una novela digna con la que combatir la rutina hospitalaria a la que estoy sometido desde hace más de un año y que ha sido especialmente virulenta en los últimos meses.