Sobrio, conciso y claro como el hielo, pocos como el noruego Kjell Askildsen consiguen en muy pocas líneas retratar la llamada «sociedad del bienestar» como una aburrida estructura de consumidores que no consigue expresar ni un solo sentimiento. Kjell Askildsen, autor famoso en su país, representa, a sus 77 años, un hito en la literatura contemporánea escandinava y europea. Sus señas de identidad literaria radican en la contención, la brevedad y la concisión formales y en la irónica, sarcástica y ácida visión de la realidad en lo sustancial.
José Luis Charcán
Sólo puedo escribir cuando puedo escribir. Hay un largo tiempo de espera hasta que llegue el principio de una historia, aparece en mi cabeza una imagen que tengo que anotar. En ese momento no sé cómo se va a desarrollar el relato, pero lo hace en virtud de lo que ya he escrito. Si las últimas frases del día anterior no resultan satisfactorias, las borro y continúo desde donde me parece bien. No soy ningún crítico (literario), soy un hombre sin estudios, no poseo ninguna de las palabras necesarias para decir por qué algo es bueno. Pero la literatura es el único punto en mi vida en el cual tengo la sensación de estar seguro de mí mismo. Ésa en sí es una buena razón para escribir. Hay algo muy satisfactorio en producir algo que sabes, mientras lo haces, que va a ser bueno, y que, cuando lo has acabado, sabes que es bueno. Entonces no se puede negar que la vida se vuelve un poquito más pobre cuando uno ya no consigue esto.
Kjell Askildsen