
NUEVO DISCURSO DE JOB
Miguel Bravo Vadillo
«Un dios me concedió la gracia
de expresar lo que sufro».
Goethe.
Cuentan las viejas leyendas que Job escuchó pacientemente las palabras de Elifaz, de Bildaj, de Sofar de Naamat y de Elihú, el más joven; y, después de haber meditado en su corazón, les habló con estas palabras:
«Esta vida mía que rebosa dolor, y de la que doy fe con horribles lamentos, no es la que anhela mi corazón. Pero ve, querido Elifaz, que no basta el enojo para morir. Antes bien, habré de fortalecer primero mi deseo de morir para después ejercer violencia contra mí mismo; pues mi entendimiento juzga con claridad que una vida desdichada no es la más deseable, y mi memoria de los tiempos felices no me hace sino desesperar de este presente e incrementar con ello mi sufrimiento.