Relato corto de Margarita Schultz: El abrazo
Su amiga Rosaura le acababa de decir por teléfono que era mejor no salir. Porque era peligroso.
–No se sabe qué puede pasar si alguno de esos seres vestidos como astronautas y con cascos en la cabeza te para en la calle para pedirte el salvoconducto. No salgas mejor, mira que está por llover fuerte, ¡no olvides el paraguas! ¿Tienes el salvoconducto a mano? ¡Fíjate bien, fíjate si está en tu bolso!