
En este breve texto, Italo Calvino comparte con el lector sus hábitos de escritura. Entiendo que no exagera nada cuando escribe «tengo que buscar cada palabra cuando hablo». En el capítulo que Mario Muchnik dedica a Calvino en sus memorias, Lo peor no son los autores (Del Taller De Mario Muchnik, 1999), se describe precisamente la lentitud con que el citado escritor se gasta cuando habla.
«Cómo escribo», por Italo Calvino
Escribo a mano y hago muchas, muchas correcciones. Diría que tacho más de lo que escribo. Tengo que buscar cada palabra cuando hablo, y experimento la misma dificultad cuando escribo. Después hago una cantidad de adiciones, interpolaciones, con una caligrafía diminuta.
Me gustaría trabajar todos los días. Pero a la mañana invento todo tipo de excusas para no trabajar: tengo que salir, hacer alguna compra, comprar los periódicos. Por lo general, me las arreglo para desperdiciar la mañana, así que termino escribiendo de tarde. Soy un escritor diurno, pero como desperdicio la mañana, me he convertido en un escritor vespertino. Podría escribir de noche, pero cuando lo hago no duermo. Así que trato de evitarlo.