En el uso del lenguaje depuran las expresiones y dejan de lado el refinamiento, y los términos un tanto rebuscados y optan sin más ni menos, por la palabra simple y sencilla, pero sin abandonar del todo la musicalidad de las frases y parlamentos.
El otro aspecto tiene que ver con los hechos que envolvieron la publicación del cuento. Su autor está en una misión diplomática en Italia, y desde allá realiza en potente lobby para conseguir el primer lugar en el Concurso al cual aspira a enviar el cuento. Escribe cartas, envía telegramas y recados para que el jurado lo tome en cuenta. Siente la necesidad de ganar el premio para desquitarse de sus antiguos camaradas de la Universidad de San Marcos, donde él había perdido una elección, prácticamente ganada, a la presidencia del Centro de Estudiantes. Finalmente, después de contactarse con el director del periódico que organizaba el concurso, el poeta Enrique Bustamante Ballivián, lo envía en sobre cerrado bajo el seudónimo de Paraca o Paracas. De esta manera se cubría de un posible fracaso. Es que tampoco quiere ser dos veces el hazmerreír de sus conocidos y colegas. El 3 de enero de 1914, finalmente, se conoce el veredicto: Valdelomar gana el primer puesto y cien soles. Esto lo hace feliz y días más tarde decide publicar un libro con sus mejores cuentos, el cual será encabezado por «El Caballero Carmelo». E.B.G.
Cuento de Julio Cortázar: Relato con un fondo de agua
El coñac está ahí, servite. A veces me pregunto por qué te molestás todavía en venir a visitarme. Te embarrás los zapatos, te aguantás los mosquitos y el olor de la lámpara a kerosene… Ya sé, no pogas la cara del amigo ofendido. No es eso, Mauricio, pero en realidad sos el único que queda, del grupo de entonces ya no veo a nadie.