Microrrelato de Mely Rodríguez Salgado: El grito
La escurridiza y letal serpiente hinca sus colmillos en el cuerpo del malhechor y le inocula su veneno. Un grito agudo sale de su pecho y el eco rueda por el desierto como una tormenta de arena más allá de toda frontera, sobrecogiendo a las gentes y transmitiéndoles una desazón angustiosa y un deseo vehemente de morir. Por último el eco se debilita y va a fenecer al punto de origen, pero antes perfora la arena. De su fondo brota un chorro azufrado e impetuoso