Cuento de José Sánchez Rincón: El mendigo
Nadie le iba a echar de menos aquella noche. Eran cerca de las diez en el reloj de la torre de la iglesia y la mayor parte de las familias se disponían a compartir la tradicional cena de Navidad. No sabía bien por qué, pero empezó a pensar que había algo bueno en cada cosa que le estaba sucediendo. Se acurrucó contra la columna de uno de los arcos de la entrada a la iglesia y apretó los dedos contra sus propios costados para calentarse.