Cuento infantil de Francisco Rodríguez Criado: El deseo de Teresa
Lo único que hacía Teresa en todo el día era cepillarse el pelo: un pelo rubio, liso y muy largo. Y yo, por mi parte, lo único que hacía era reñir a Teresa por pasarse todo el día cepillándose el pelo.
–Si tuvieses cosas más importantes que hacer, no te preocuparías por lo que hago yo.
No respondí a mi hermana: sabía que tenía razón.
El verano se presentaba realmente aburrido. Todos mis amigos se habían ido de vacaciones a la playa con sus familias. Yo sentía mucha envidia, porque desgraciadamente tuve que quedarme los tres meses del verano en casa, pasando calor.