Paseo entre los olmos de la poesía española
Apenas quedan ya unos pocos olmos porque han ido muriéndose poco a poco atacados por hongos e insectos que se apoderan de sus raíces, circulan por su savia, trepan hasta sus ramas y secan para siempre las hojitas que los visten. La vieja Europa los contempla morir, impotente ante tan cruel azote devastador. Y botánicos y químicos se afanan por hallar un remedio eficaz para esta enfermedad múltiple