“Nooteboom escribe con maestría y maneja con experticia estos «insumos» que forman el andamiaje de su libro. Se muestra como un escritor con gran oficio y sensibilidad, y sabe sobrevivir sutilmente a esa línea siempre delicada y letal para muchos escritores que va desde la inventiva de la ficción, hasta sus experiencias personales”.
Cees Nooteboom, el escritor viajero que aguarda el Nobel
Valgan estas líneas como una aproximación a un libro del escritor holandés Cees Nooteboom (La Haya Holanda 1933), candidato en los últimos años, junto a Haruki Murakami, al premio Nobel de Literatura. Sus grandes méritos como narrador, periodista, poeta y ensayista lo han encumbrado a las cimas de la literatura. La obra en cuestión lleva el sugerente título de Los zorros vienen de noche, y es un producto reciente (Siruela 2001). Son ocho relatos donde Nooteboom ha instalado su impronta. Ha construido un mundo que se comunica a través un cordón umbilical que relaciona las historias a través de temas como la muerte, el pasado lejano, el olvido total o parcial, los frustrados reencuentros, la memoria quebradiza, y todo eso que a veces resulta tan viscoso e inquietante, a fuerza de repetirse, y que es la memoria.