Cuento breve recomendado: «La última noche», de James Salter

A James Salter, que era uno de los más grandes escritores americanos de la segunda mitad del siglo XX, el reconocimiento le llegó muy tarde. Una vez me contó que había dado una lectura en una librería de Denver a la que sólo habían asistido dos señoras mayores con pinta de haberse equivocado de sitio, y un viejo vagabundo que no dejaba de toquetear la bolsita marrón donde llevaba la preceptiva botella de licor. Mientras Salter leía fragmentos de sus cuentos y novelas ante aquellas dos señoras -el vagabundo ya se había quedado dormido-, le llegaban los aullidos del público que veía un partido de los Broncos en la televisión. «Así es la gloria literaria», sentenció al final del e-mail donde me contaba aquello.

Sigue leyendo

narrativa_newsletterp

Los mejores 1001 cuentos literarios de la Historia (32): Rock Springs, de Richard Ford

El escritor Juan Carlos Márquez ha apostado por «Rock Springs», de Richard Ford, uno de los grandes narradores estadounidenses contemporáneos.
«Rock Springs» está incluido en el libro de título homónimo, publicado en España por Anagrama.

ROCK SPRINGS, un cuento de Richard Ford

Edna y yo salimos de Kalispell camino de Tampa-St. Pete, donde todavía me quedaban algunos amigos de los buenos tiempos, gente que jamás me entregaría a la policía. Me las había arreglado para tener algunos roces con la ley en Kalispell, todo por culpa de unos cheques sin fondos, que en Montana son delito penado con la cárcel. Yo sabía que a Edna le rondaba la cabeza la idea de dejarme, porque no era la primera vez en mi vida que tenía líos con la justicia. Edna también había tenido sus problemas, la pérdida de sus hijos y evitar día tras día que Danny, su ex marido, se colara en su casa y se lo llevara todo mientras ella trabajaba, que era el verdadero motivo por el cual me fui a vivir con ella al principio; eso y la necesidad de darle a mi hija Cheryl una vida algo mejor.

No sé muy bien qué había entre Edna y yo; tal vez eran unas corrientes confluyentes las que nos habían hecho acabar varados en la misma playa. Aunque —como sé muy bien— a veces el amor se construye sobre cimientos aún más frágiles. Y cuando aquella tarde entré en casa, me limité a preguntarle si quería venirse a Florida conmigo y dejarlo todo tal como estaba, y ella me dijo: «¿Por qué no? Tampoco tengo la agenda tan llena».

Sigue leyendo

narrativa_newsletterp