El quimérico Polanski
La cinta, un fracaso en su momento, goza ahora de cierta consideración por algunos incondicionales que la citan como “película de culto”, “obra maestra”, etcétera. (He leído incluso una reseña de quien la considera, y no hay ironía en sus palabras, “la mejor película de todos los tiempos”). Encanto no le falta, pero un excesivo regusto por el esperpento mal entendido, cansino, la convierten en un producto a la larga aburrido y desnortado que va perdiendo sentido conforme sobrepasa el ecuador de su metraje.