Rubalcaba mete el turbo

Contador, si se confirma –espero que no– su propensión al dopaje –y por ende a las narraciones fantásticas–, puede ser inhabilitado por ¿cuánto, dos años? En el caso del francés el asunto se agrava: no podrá jugar hasta que cumpla 120 años. ¡Un drama lo suyo! Porque, puestos a elegir, es mucho más llevadero subirse a una bicicleta a los 30 años para atravesar Francia en un tour sembrado de curvas y cuestas que correr tras un balón –también en territorio francés– con la edad de un patriarca bíblico.

La roja amarillea

La Roja empieza a amarillear. Tras la victoria en el Mundial de Sudáfrica hemos pasado de las hiperbólicas manifestaciones de alegría a dormitar en la hamaca de la mediocridad. Hemos pasado del carácter sanguíneo a la sangre de horchata; de la pasión al bostezo; de hambrear el gol a morder el polvo con nocturnidad y alevosía. Como diría Rubalcaba, necesitamos una selección que no nos mienta.