Relato corto de Rubem Fonseca: Joana

Rubem Fonseca, cuento, realismo sucio

El cuento fue el punto de partida y de llegada de este autor brasileño que vivió 94 años. Falleció en 2020. A finales de 2018, aparecieron los cuentos completos de Rubem Fonseca, que suman tres volúmenes –cinco libros por tomo– y 1.633 páginas; más que la obra cuentística de Borges, Chéjov o Carver, juntos. Aun así es muy probable que el maestro, prolífico y vital hasta sus casi 95 años, haya dejado varios cuentos inéditos.

Cuento de Rubem Fonseca: Relato de acontencimiento

Rubem Fonseca, vaca, relato

Rubem Fonseca, escritor y cineasta brasileño, narra en «Relato de acontecimiento» lo que supone para los vecinos un accidente de tráfico en el que un autobús arremete contra una vaca mientras pasaba por un puente.

Añadir más datos sería contraproducente para el lector que no conozca el cuento. Mejor será que lo leáis y opinéis, si os parece bien, sobre el texto. 🙂

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Cuento de Rubem Fonseca: La carne y los huesos

Cuento, Rubem Fonseca, La carne y los huesos
Rubem Fonseca. Fuente de la imagen

Cuento de Rubem Fonseca: La carne y los huesos

Mi avión no partiría sino hasta el día siguiente. Por primera vez lamenté no tener un retrato de mi madre conmigo, pero siempre me pareció idiota andar con retratos de la familia en el bolsillo, más aun el de mi madre. No me incomodaba quedarme dos días más vagando por las calles de aquel gran hormiguero sucio, contaminado, lleno de gente extraña. Era mejor que caminar por una ciudad pequeña con el aire puro y los campesinos que dicen buenos-días cuando se cruzan contigo. Me quedaría aquí un año si no tuviera aquel compromiso esperándome.

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Cuento de Rubem Fonseca: Paseo Nocturno

Cuento, Rubem Fonseca, Paseo Nocturno
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Cuento de Rubem Fonseca: Paseo Nocturno

Llegué a la casa cargando la carpeta llena de papeles, relatorios, estudios, investigaciones, propuestas, contratos. Mi mujer, jugando solitario en la cama, un vaso de whisky en el velador, dijo, sin sacar lo ojos de las cartas, estás con un aire de cansado. Los sonidos de la casa: mi hija en el dormitorio de ella practicando impostación de la voz, la música cuadrafónica del dormitorio de mi hijo. ¿No vas a soltar ese maletín? Preguntó mi mujer, sácate esa ropa, bebe un whisky, necesitas relajarte.

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