
El Diario Down: Supervivencia emocional
En un gesto de supervivencia emocional, me propuse sufrir lo menos posible en la operación y durante el post-operatorio de Francisco. Y eso he hecho. No veía nada positivo en magnificar el dolor, en pasearme clavado a una cruz por el Gólgota de la paternidad. (Llorar abrazado a las farolas es de melifluos). Una intervención a corazón abierto no es nada agradable, pero flagelarse tampoco soluciona nada, sobre todo cuando –como es mi caso– se tiene mucha confianza en los médicos.