Microrrelato de León Tolstói: El perro muerto

EL PERRO MUERTO, un cuento de  Tolstói

Jesús llegó una tarde a las puertas de una ciudad e hizo adelantarse a sus discípulos para preparar la cena. Él, impelido al bien y a la caridad, internose por las calles hasta la plaza del mercado.

Allí vio en un rincón algunas personas agrupadas que contemplaban un objeto en el suelo, y acercose para ver qué cosa podía llamarles la atención.

Sigue leyendo

narrativa_newsletterp

Libros y casquerías

Mientras la multitudinaria Feria del Libro de Madrid prosigue su curso apoyada por la presencia de miles de lectores y cientos de autores dispuestos a estampar sus firmas al mejor postor, en otro barrio de la capital, Lavapiés, La Casquería trata de abrirse camino en estos tiempos tan difíciles. Ubicada en una antigua casquería –de ahí su nombre– del mercado de San Fernando, esta pequeña empresa comparte el mismo objetivo que el resto de los negocios del entorno: vender productos al peso. La única diferencia es que estos jóvenes empresarios no venden carne, pescado, verduras o lácteos. Venden libros. Libros de segunda mano al peso. Un kilo de literatura, diez euros. El precio de los libros depende, pues, del pesaje que marque la báscula, no de su calidad literaria. Da igual si el autor es Truman Capote, Tolstói o Corín Tellado. Los promotores de La Casquería unifican los precios porque, según afirman, un libro puede interesar mucho a un lector y muy poco a otro.

El género del microrrelato, visto por Andrés Ibáñez

Género de diletantes. Esta última idea tiene una gran dosis de verdad, porque quitando los ejemplos obvios que todos tenemos en la cabeza y que sin duda se esgrimirán en mi contra, es evidente que los microrrelatos son un género propio de diletantes. He leído microrrelatos de buenos escritores y otros escritos por desconocidos: es imposible notar la diferencia.