
El Diario Down: Los fantasmas de la noche
Después del penúltimo biberón de la noche, leemos poemas. Poemas de varios autores. De mis autores preferidos, si soy yo quien lee. O de los suyos, cuando es su turno, un turno que suelo arrebatarle caprichosamente sin que ella se queje demasiado. Yo leo poemas de Neruda, de Agustín Goytisolo, de Gil de Biedma, de Jaime Sabines, de Kavafis, de Pessoa. Y en un juego tan infantil como perverso leo también poemas de autores menores que tienen, creo, la oscura y secreta misión de alumbrar la obra de los primeros, los excelsos.