El sentido de la vida

He leído que las personas que regresan del coma experimentan en algún momento de su segunda vida una depresión. Considero justificada esa tristeza del alma: tras descansar por un tiempo en el profundo silencio del más allá debe de ser duro regresar al mundanal ruido. Cuando pienso en las muchas energías que gastamos en cada jornada, me sorprende que aún tengamos deseos de levantarnos de la cama. Levantarnos, ¿exactamente para qué?

Microrrelato: La web de Marina

Marina tecleó en el formulario de un buscador de Internet: “Estoy sola. Me llamo Marina. Escríbeme si también te encuentras solo”. Por suerte dio con la web de otra chica que, como ella, también se llamaba Marina. No era la única coincidencia: la otra Marina también buscaba compañía. Decidió escribirle un correo electrónico. En el apartado Asunto tecleó: “No te preocupes. Nos haremos compañía mutuamente. Mi nombre es Marina”. Y dejó el cuerpo del mensaje en blanco. Todo estaba dicho ya.

Tristeza española

"Cristiano Ronaldo", "Fútbol", "tristeza"

«Ronaldo, como buen portugués, reivindica una tristeza de fado, que es una tristeza teatralizada, algo artificial, bien cantada pero poco creíble. La nuestra, sin embargo, no brota del corazón de artista sino del corazón de quien no llega a final de mes. Nuestra tristeza es una tristeza hermosa, de mudo terciopelo, frágil, es una tristeza niña, no buscada, ni heredada ni cantada. La sufrimos casi en silencio, rodeado de los nuestros o en solitario, mientras hacemos números, soñamos panes en la cola del paro o auscultamos la bombilla desnuda del techo a la vez que añoramos funerales mejores».

 

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