
Mi literatura es totalmente realista y apasionada. Yo lo que trato es de escarbar a fondo en mi propio pensamiento, de ver más allá de lo que yo misma creo estar viendo porque si no, sería una simple narradora de anécdotas, una narradora de historias, y creo que la literatura tiene que ir más allá de eso. Tiene que develar secretos, siempre tratar de decir lo inefable, porque hablar de lo que se puede hablar… ¿qué sentido tiene eso?
Luisa Valenzuela
OTRO
(cuento)
Luisa Valenzuela (Argentina, 1938)
Ella va caminando por el parque, su pelo al viento, cuando aparece el otro surgido de la nada. Un muchachito con idénticos pantalones negros y la cara totalmente pintada de blanco, una máscara sobre la cual de manera inexplicable se sobreimprime la máscara de ella: sus mismas cejas elevadas, sus ojos azorados. Ella sonríe con timidez y él le devuelve exactamente la misma sonrisa en un juego de espejos. Ella mueve la mano derecha y él mueve la izquierda, ella da un paso amplio y él da el mismo paso, el mismo modo de andar, los idénticos gestos, las cadencias.
Empieza el juego de proyectos, proyecciones. Fantasías como la de lavarle la cara al otro y encontrar tras la pintura blanca la propia cara. O acoplarse con él como una forma un poco torpe de completarse a sí misma. O dejarlo partir y quedarse sin sombra.
Vanos proyectos mientras el otro la va siguiendo por el parque, reflejando cada uno de sus gestos. Adentrándose cada vez más en la espesura a dos pasos de distancia. Las mismas expresiones. Hasta que él cruza, sin avisar, sin proponérselo, el abismo separador de los dos pasos y ocupa el lugar de ella. Para siempre.
BREVS. Microrrelatos completos hasta hoy, Córdoba (Argentina), Alción, pág. 30, 2004.
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Mario Benedetti también aborda el tema del doble en el cuento «El otro yo».