Un canario como regalo (gran relato breve de Hemingway)

un canario como regalo, Hemingway, cuento

El tren pasó rápidamente junto a una larga casa de piedra roja con jardín, y, en él, cuatro gruesas palmeras, a la sombra de cada una de las cuales había una mesa. Al otro lado estaba el mar. El tren penetró en una hendidura cavada en la roca rojiza y la arcilla, y el mar sólo podía verse entonces interrumpidamente y muy abajo, contra las rocas.

–Lo compré en Palermo –dijo la dama norteamericana–. Sólo estuvimos en tierra una hora. Era un domingo por la mañana. El hombre quería que le pagara en dólares y le di un dólar y medio. En realidad canta admirablemente.

Los trenes fantasma (relato corto)

los trenes fantasma, relato corto, Francisco Rodríguez Criado

Tras publicar hace unos días el relato «El guardavía», de Charles Dickens, recordé que yo mismo había publicado, hace bastantes años, en el libro Un elefante en Harrods, un cuento de temática similar (aunque muy diferente, a la larga, de la propuesta de Dickens).

El cuento se llama «Los trenes fantasma», y lo comparto hoy con vosotros.                              

Cómo contar una auténtica historia de guerra (relato de Tim O’Brien)

Cómo contar una verdadera historia de guerra, Tim O Brian

Ya hemos leído algunos cuentos de Tim O’Brien en Narrativa Breve, léase “El hombre a quien maté” o “Medias”. Hoy os ofrecemos otra de sus historias cortas, “Cómo contar una auténtica historia de guerra”. La cosa comienza cuando un soldado le envía una carta emotiva a la hermana de su compañero, que ha caído en el frente, y no obtiene respuesta… Esto le da pie a O’Brien para disertar sobre el arte de contar una historia, sobre la vida y sobre la guerra…

3 microrrelatos fáciles de leer para lectores impacientes

microrrelatos para lectores impacentes

En Narrativa Breve hemos abordado en numerosas ocasiones el género del microrrelato. Incidimos una vez más ofreciendo a los lectores de este blog de cuentos tres historias breves, muy breves, de los escritores Mario Benedetti, Lilian Heker y George Loring Frost.

Por cierto, la minificción de este último está recogida en Antología de la literatura fantástica, de Jorge Luis Borges, Adolfo Bioy Casares y Silvina Ocampo (Bogotá, Editorial Sudamericana, 1994). (Ver libro en Amazon). Como no hay más datos sobre este autor, algunos creen que este cuento sería obra del bromista Jorge Luis Borges, que publicó el texto, nacido de su pluma, con el nombre de otro supuesto autor. (A falta de más datos, en Narrativa Breve no tenemos una opinión consolidada al respecto).

Historia corta de Sherwood Anderson: Nadie lo sabe

relato corto de Sherwood Anderson

George Willard fue avanzando en la oscuridad por la callejuela, caminando con cuidado y precaución. Las puertas traseras de las tiendas de Winesburg estaban abiertas y pudo ver a muchas personas sentadas a la luz de las lámparas. En el tienda Myerbaum’s Notion vio a la señora de Willy, el dueño de la taberna, de pie junto al mostrador, con una cesta en el brazo; la atendía un empleado que se llamaba Sid Green. Éste le hablaba con gran interés, inclinaba el cuerpo sobre el mostrador sin dejar de hablar.

El escarabajo de oro (historia de Edgar Allan Poe)

el escarabajo de oro

Hace muchos años trabé íntima amistad con un caballero llamado William Legrand. Descendía de una antigua familia protestante y en un tiempo había disfrutado de gran fortuna, hasta que una serie de desgracias lo redujeron a la pobreza. Para evitar el bochorno que sigue a tales desastres, abandonó Nueva Orleans, la ciudad de sus abuelos, y se instaló en la isla de Sullivan, cerca de Charleston, en la Carolina del Sur.

Relato de un desconocido (Eugenio Montale)

relato de un desconocido, Eugenio Montale

»Entre los muchos motivos de discordia existentes entre mi padre y yo, uno al menos, la ansiosa necesidad de que el nombre del arcipreste Buganza figurara indefectiblemente, cada fin de semana, en la lista de los que habían encontrado la solución de logogrifos, enigmas, jeroglíficos y otros rompecabezas de L’Amico (entre los que se sorteaba un libro edificante), constituía el elemento de cohesión, un hilo que me mantenía apegado a mi progenitor.